martes, 20 de septiembre de 2011
--
aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche. Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Que el amor no tiene la fuerza que imaginé. Que nunca conocemos a una persona de verdad. Que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá con un, "ya pasó todo pequeña". Que el "nunca más" nunca se cumple y que el "para siempre", siempre termina.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)